miércoles, marzo 24, 2010

Para un día azul sin risas

Paraíso que alberga penas indecibles,

azul pálido, teñido de sueños tontos,

relojes que avanzan apenados de tu afán,

inviernos calurosos que se aprisionan bajo tus pasos.

 

Sigue tu valor, sigue tu valor.

Sigue tu valor, sigue tu valor.

 

Tras la calma aparente en la ciudad,

noche a noche te dejas arrebatar,

la gente se va, se fue, te ha dejado solo.

reviven parcos ideales de mejor comunidad.

 

Sigue tu valor, sigue tu valor.

Sigue tu valor, sigue tu valor.

 

Esta soledad te invita a escapar,

toma la decisión y aprieta el gran botón,

deja atrás el miedo y enciende

el corto momento de ser dios.

 

Sigue tu valor, sigue tu valor.

Sigue tu valor, sigue tu valor.

 

Elemento del montón, no te sientas bien,

eres un pobre intoxicado de la gran imprecación,

de domingo a domingo enjaulado en ti mismo,

déjalo claro al mundo, ya no tienes oficio.

 

Sigue tu valor, sigue tu valor.

Sigue tu valor, sigue tu valor.

 

Huesos arrastrados sin conciencia,

cubiertos de músculos putos en su esencia,

pútridas ideas acompañan toda la miseria,

intentando aún  creer en mariposas de trascendencia.

 

Sigue tu valor, sigue tu valor.

Sigue tu valor, sigue tu valor.

 

Los momentos pasan rápidos,

y seguís creyendo en tus propósitos;

demencial potencial pretendiendo

acortar las infinitas distancias entre dos.

 

Sigue tu valor, sigue tu valor.

Sigue tu valor, sigue tu valor.

 

Otra vez seguirás atrapado en tu conciencia,

otra vez quedarás entre sus brazos,

otra vez miraras a tu alrededor con desprecio,

otra vez respirando por sobrevivir.

 

Sigue tu valor, sigue tu valor.

Sigue tu valor, sigue tu valor.

 

La palabra toma forma, ríe y morfa,

engaña y te atrapa, cambia tu realidad.

cuando te crees ya más fuerte,

te descubres de cenizas.

 

Sigue tu valor, sigue tu valor.

Sigue tu valor, sigue tu valor.

 

Todo el fuego se hizo inerte y nunca te purificó.

desde lejos sientes al cálido vientre llamando,

contracción y contoneo en incesante movimiento,

lujo concupiscente, aunque no puedas y de a poco mueras.

 

Sigue tu valor, sigue tu valor.

Sigue tu valor, sigue tu valor.

 

Idea y juventud, entre el percal, el jean y el tul.

Siluetas enlazadas en besos y lágrimas.

Ni el frio, ni el gris, ni el que no sabe decir.

Amando el olvidar las bestias que cruzan las noches.

 

Sigue tu valor, sigue tu valor.

Sigue tu valor, sigue tu valor.

 

Amémonos entre sepulcros viles, cruces de poetas

en duelo por la humanidad, sin mármoles que adornen el parco fin.

Bestias legendarias revivirán y las monturas ya tendrán,

cabalgaremos nuestros deseos de amor sin fin… sin ti.

 

Sigue tu valor, sigue tu valor.

Sigue tu valor, sigue tu valor.

 

Bajo mares de potentes olas que golpean brutales la roca,

seguiremos amándonos pese al sol intenso sobre mí,

Uniéndonos sin que estés aquí, al píe mi tumba,

sin lápida que impida el olvido de quien está allí.

 

Sigue tu valor, sigue tu valor.

Sigue tu valor, sigue tu valor.

 

Tantos sepulcros crueles del amor.

Nuestras nuevas tumbas, de duelo y desolación,

Llorando la muerte que jamás quisimos así.

Se nos olvidó olvidar que el recuerdo frágil es.

 

Sigue tu valor, sigue tu valor.

Sigue tu valor, sigue tu valor.

 

Siguen los coros del rescate, de lo que no vendrá,

De lo que es mero deseo gris, contra el azul profundo,

que refleja hasta el fin, lo que al anochecer

se esfuma y no importa más.

 

Sigue tu valor. Sé ya tu dios.

Sigue tu miedo. Hasta el final.