Vivir para evitar que los sueños se extingan,
nada que convide a mantenerse en vela,
todo sopor en oleadas, la duermevela, el
mito de pensar: pretensiones de héroes
con sendos nombres cincelados en lápidas…
Se trata de pasar como el más bello
poema que nadie nunca jamás escribirá.
Es historia misma de las más frescas
aguas que habrán de tomarse con
toda confianza al saber que la Náyade
por ese riachuelo ha trasegado.
Nada calla una voz que tiene algo
para decir, sólo la muerte deja
trunca una vida de denuncias.
La vida es negación de la narcosis,
enerva la palabra y sobrepone
las quimeras sobre el dolor de no morir…