martes, enero 25, 2011

Pequeño dios amante

Se oye aún la voz de un muerto,
que ha perdido el último aliento,
¡entiendan! por ausencia hay silencio.
Sin nadie que sepa lo que yo siento.


Todo di sin reservar.
No guarde ni mi pensar.


Pequeño dios amante
sin camino que lleve a la verdad,
somos dos en las sombras
por la eternidad… cree


Pequeño dios amante
sin camino que lleve a la verdad,
somos dos fantasmas
ya sin sombra… ni eternidad


Todo di sin reservar.
No guarde ni mi pensar.


Poca vida para tantas palabras,
un cuerpo seco, como tierra ya sin huerto.
Sólo lágrimas quedan regando arenas…
mares de dolor por la eternidad…


Todo di sin reservar.
No guarde ni mi pensar.


Pequeño dios amante
sin camino que lleve a la verdad,
hoy no somos nada
no hay sombra… ni eternidad
¡Nada¡

Sabor a vida

Justo en el momento en que
los efectos duraderos de un
sinsabor inundan las papilas gustativas,
reaparecen grabados en finas gotas
los sabores emanados de tu cuerpo.

La sal de tu espalda esculpe memorables
jornadas sobre los azahares de la vida;
Las dulzonas e incandescentes pizcas de sudor que
resbalan por tu cuello se hacen innegables
confidentes de tu esmero;
Las mieles de tus labios se esparcen diáfanas
e invitadoras por tu faz a la espera
de quien las valore en mucho;
Las magras, sensuales, castañas y salubres
carnes de tus senos apremian al deleitante
a entender la vida como un don;
Las azucaradas esencias de tus piernas
inundan con sus sagacidades el recorrido por
el serpenteante sendero ascendente;
¡Ah¡, empero, el supremo deleite
se halla arrebujado en la cajita de sorpresas
que es tu seductor reino sexual…
tan pronto salado como dulcísimo,
ya agrio, otrora ácido, pero siempre
un enigma que sólo se resuelve libándolo…

No puedo olvidar cada pizca paladeada
al correr y recorrer tu cuerpo.
Se han grabado en mi memoria eterna
las suaves texturas propuestas por tus carnes.
Cada espasmo de tus músculos al contacto
de mis noches ávidas, marca surcos
imborrables sobre las arenas de mis recuerdos.

miércoles, enero 12, 2011

Los ojos de mi mundo

Cuatro ojos ven mi mundo,

son ojos de mujer,

                   (por eso no logro comprender

                     las delicadas formas que perciben)

son ojos que penetran y dejan desnuda el alma,

que desgarran toda la piel y exponen las entrañas,

son ojos irresistibles

…son ojos de mujer amada…

ojos en los que creo sin descifrar su magia,

ojos como esos, los cuatro ojos,

imposibles de ignorarse.

 

Ojos tristes cuando lloran,

ojos felices cuando brillan,

ojos extraños cuando se cierran,

ojos grandes cuando consuelan,

ojos temerarios cuando increpan,

ojos tiernos cuando enseñan,

ojos feroces cuando defienden,

ojos absurdos cuando niegan,

ojos fieles cuando miran,

ojos que aletean cuando parpadean,

ojos que proponen, ojos que disponen,

ojos que saltan, ojos que duermen,

ojos que expresan, ojos que denuncian,

ojos que señalan, ojos que avalan,

ojos que exigen, ojos que entregan,

ojos que levantan, ojos que anuncian,

son ojos irresistibles

…son ojos de mujer amada…

ojos, simples ojos, sin cuales queda

ciega mi alma… si aún conservo una…

 

Cuatro ojos que revelan el mundo y sus gracias,

dos ojos candorosos y febriles en lontananza,

dos ojos ciegos que por la fe todo ven y cambian,

son cuatro ojos tan distintos a los dos míos,

a quienes el miedo calza y pese a la

fuerza de los pasos no

saben a dónde dirigirse.

Esos cuatro los quiero míos,

hoy y para siempre, los

cambio por estos dos y

con ello gano suficiente:

veo el mundo en su forma,

veo gente…

son ojos irresistibles

…son ojos de mujer amada…