sábado, diciembre 31, 2011

De aqui a la eternidad

Campos verdes cubiertos de coloridas flores

adornan hoy mis sueños, debo apresurarme

a cosecharlas para hacer el floral arreglo de

mi inquietante y solitario funeral.

 

Entre amigos compungidos me veo ya tendido,

pocas lágrimas para tantas vivencias;

demasiados lamentos entre ajenas gentes,

para tantos sinsabores repartidos.

 

Veo tantos instantes desperdiciados

que podría recogerlos y armar con ellos

una nueva vida, sin embargo, me quedan

pesados siglos por ver pasar, de aquí a

la eternidad…

De resultas

Sumérgete profundo en un sueño,

un sueño irreparable, un sueño de inmensidad,

un sueño sin final , sueño de bocas secas y labios

agrietados, un sueño, un simple sueño.

 

Agitas tus miradas de fabricación febril,

dejando amargas texturas de sudor impregnadas,

pules los raidos dientes, convulsionando

de locuaz impertinencia.

 

De resultas que ni en sueños dejas las

disonantes imprecaciones, derramas sinsabores

y repartes tristezas por millares, ríe cual bufón,

idiota útil, muestra el blanco color macabro,

brillando arriba del rojo y destrozado pecho.

Lecciones prestadas

La llamada felicidad es ajena en el mundo, a lo sumo creerás
encontrarla en lo que das, no en lo que él te ofrece.
Torpe intención hallarla en cosas vanas y externas,
pues al igual que quien nace y crece, también fenece.




El camino más largo es el que se hace tomando atajos.
¿Para que correr y apabullar a otros al caminar?
Preferible dedicar esfuerzo a hacer bien los trabajos,
antes que obligarse a desandar, repetir y rectificar.


La importancia es cuestión de mera apreciación,
y, al igual que el poder, circunstancial.
Deja las vanaglorias a quien persigue aceptación,
sigue tus razones y busca lo trascendental.


Hay más mérito en hacerse útil que en ser reconocido
importante. Trabaja con gusto y se constante,
preferible maná en campo mustio y fragante,
antes que mala yerba en campo reverdecido.


Quien no acepta a los demás con los defectos que les son propios,
deberá afrontar la vida en soledad, pues jamás encontrará seres perfectos.
Deja esa infame pretensión y no exijas como poseído por el opio,
obséquiate generoso, pide cauto y justo, sin ser abyecto.


La riqueza es externa y ajena, enceguece, embrutece
y cambia de manos con prontitud, eclipsa el valor de los seres.
¿Acaso crees que: Cuánto tienes, cuánto eres?
Lo que son las personas, es lo que les da valor, las enaltece.


Es preferible esforzarse más que excusarse mucho.
Quien destina sus esfuerzos a elucubrar razones para
no hacer o haber hecho lo que no es, desperdicia el rancho,
tira, afloja, dice, llora, más no de frustrar escapará.


La belleza es efímera, quien fundamenta sus aprecios en ella,
deberá vivir a prisa y no será apreciado en lo que es y vale.
Tanto como los humanos cambian los criterios de querella,
se justifican y desaparecen los motivos que lo hermoso hacen.


No recibas a nadie, a menos que estés en disposición
de ayudarle a irse siendo mejor y más feliz.
Deja el azoro y simplemente causa sensación,
en estas lides, si no eres experto, hazte aprendiz.


Quien valora el amor que recibe, está en posibilidad de prodigar, a su vez, amor a los suyos.
No se olvide, lastimosamente no todos están en capacidad de amar, sentir y dar;
dichoso quien pueda hacerlo y haga felices a quienes quiere.
De la cosecha separa, guarda y cuida el mejor capullo,
que conserve su aroma y lozanía para que al entregar,
exprese todo el cariño fiel y sano que sin decirlo, no se infiere.


De los actos y pensamientos aguarda las consecuencias,
inútil es esperar premios o castigos.
Vano será alegar grave dolor, insana ira o demencia;
en justicia, si a la humana escapas, en la divina resulta.


La vida es tan corta, que no vale la pena esforzarse en tomar distancias;
esfuerzo vano, pues el orden natural lo hará:
bien sea por las circunstancias
de la vida o por la muerte misma, llegará.

sábado, diciembre 24, 2011

Deja de llorar

Seres violentos y desalmados,

basados en la sinrazón y la brutalidad,

las palabras siempre serán cortas

para expresar tanta crueldad.

 

Idean formas nuevas de sumisión,

esclavizan las mentes y voluntades

de quienes a su lado doblegados están

y seguirán mintiendo hasta la eternidad.

 

Predican la humildad acompañada de resignación,

al paso que con dinero enajenan la razón,

más sólo son patrañas de guerra y destrucción,

luchas a muerte a diario, todo a su favor.

 

Contra este sucio crimen resta maldecir

el bruto orden impuesto y de frente resistir,

fundamenta en la razón y enarbola humanidad,

quema sus códigos, no sucumbas por ingenuidad.

 

Importante develar sus planes y advertir,

romper las dulces máscaras y disentir,

revienta las cadenas sucias a matar,

muestra la verdad y no vayas a callar.

 

Silencia ya sus voces no te dejes embaucar,

revela sus secretos y sus misterios,

¡libérate!, supera todos tus infantiles miedos,

¡levántate!, sé un hombre, deja de llorar.

 

martes, diciembre 06, 2011

Un roto sueño

Una joven de cabellos curvos,

ojos grandes casi sonrientes,

pensamientos frágiles y

soñadores, pasos ágiles y gráciles,

esa ayer niña y mañana mujer,

es amada con desenfreno.

 

Ese amor palpitante e incontenible,

predica adoración y empeño,

abarca vida, pasión y sueño,

traduce trabajo y sudor al ceño.

 

Radiante nena sigue tu camino,

déjame a tu lado andar,

confía en mí, seré guardián,

compañero y amigo, y,

quizá, mañana recoja para

ti y repare un roto sueño.

lunes, diciembre 05, 2011

Cuando los perros ladran

Se oye cantar la noche,

justo luego de estar mediada,

casi siempre rodeada de las ansias

de un buen grito, enceguecida

por la oscuridad demente de

una idea infeliz y odiada.

 

Se pinta de rojo el alba,

justo luego de tibiar el alma,

mascando rabias de cosas vanas,

olvidando rezos que ahogan

penas, dejando risas de miel tiradas

en muecas, sin mover la cara.

 

Se acobarda de azul la mente,

justo luego de matar el alba,

sonriendo de fugaz macabra,

cuando el cantar de la noche acaba,

inmola las ansias y también el alma,

cuando los perros ladran.