Verás sin pretensiones de eternidad,
como las pasiones marcan tu vida,
como los sueños se esfuman día a día,
y que las lágrimas se acabarán por no llorar.
La ponzoña que rezuma de tus venas,
es poción de vida para los carroñeros,
dulce vino para los piripis indiferentes,
es tu vida fluyendo gota a gota… apagándose.
Tus conjuros amarran el alma,
fértil e innegable condena a la vida,
huesos crujientes entre la magia
de lo humano, labios y manos que acarician.
Labios que besan a muerte,
manos que acarician hasta amoratar,
corazones que dicen amar hasta morir
Es el cielo unido a la tierra en excomunión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario