Ya es hora de actuar,
hasta donde la febril humanidad permite,
en esa quimera que llamamos vida,
hoy busco en la bodega del olvido lo que ayer abandone...
Dame valor para perseguir sueños...
esa, quizá, pueda ser la razón para continuar,
aliciente necesario para desperdiciar
un par de segundos más...
como si se fuera dueño de algo.
Ya es hora de ciar,
ver lo inútil de lo que se ha hecho,
reír de la seriedad que se ha asumido
para tantos asuntos carentes de importancia,
sentir con la libertad de no esperar nada,
esperar por el simple desdeño
por lo que no nos pertenece.
Regalo temor por los sueños que tan rápido se esfuman...
ese puede ser el motivo para mantenerse alelo,
omnisciencia estúpida que refrena
el instinto a ser simples fieras...
como una renuncia a la naturaleza.
Ya es hora de... ¿qué?
¡como si el tiempo se tuviera
en algún momento!.
El hombre en la inmensidad de su estupidez
que se atribuye facultades inexistentes,
poderes artificiales con los que
pretende ocultar su insensatez animal.