Es la memoria de tiernos momentos
sobre mis rodillas descansando
la que revela el fuego arcano
que esconden mis cerrados ojos
Luces que en bruma azul
envuelven los días lejanos,
gritos en ahogos de oídos reventados,
manos fuertes agarrando el alma.
El azul intenso de una pena dulce
trae consigo el odio milenario de una ilusión,
escondido tras las sombras ronda el débil fuego,
aguarda en silencio su inevitable extinción.
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