domingo, julio 12, 2009

La tarea del contador... de cuentos

Las primeras aproximaciones del hombre a una explicación de su entorno se dan a través del cuento en su época de infantes. Ya luego, comprenden que los cuentos no representaban lo que anhelaron, sin embargo, prefieren continuar viviendo los cuentos antes que abrir sus ojos a la realidad.

La fuerza del cuento es inigualable, se constituye en el primer tema serio sujeto a conversación entre los hijos y sus padres (cuando estos últimos guardan la sana costumbre de echar cuentos a sus hijos). Los cuentos del contador, al contrario de los maternos, carecen de la fuerza, el sentido, el peso y la candidez por ser de construcción en un momento tan fugaz (lo del famoso "corte"), por no gozar del privilegio de la creación colectiva, sin la cadencia de la voz tierna y consentida, cuestiones que a la larga condicionan la continuidad, la complejidad y la magia con que se graban en la memoria de nunca perder aquellos entretenedores coloquios maternos desprevenidos.

La gran mayoría de los lectores (porque eso narrado se hace invivible) de los cuentos contables, no tienen manera simple de proveerse una estructura de fantasías y potenciadores de la capacidad de imaginación para gozar de estas sórdidas piezas. Creo que más lograríamos si pudiéramos hablar de gnomos, enanos, gigantes, hadas, micos y patitos con los que explicar de manera práctica y entretenida las fuerzas del mercado, la potencia de los monopolios, la necesidad de los impuestos, el cierre de fábricas, las pérdidas inconmensurables de los organismos del estado, en fin ese amplio abanico de realidades que supuestamente refleja la contabilidad en su esquemático resumen de Activos – Pasivos = Patrimonio…

1 comentario:

  1. Que interesante manera de exponer las cosas, el juego de palabras y el simil son muy buenos... lastima el mensaje un tanto desolado para quienes nos dedicamos a esta profesión.

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