Son tus pasos sombras
del vacío en que no estás,
queda el infinito para llenar
vastos miedos de quien no va.
Amo cuanto haces,
no puedo hacer igual,
es tu luz demasiado fuerte,
llena tu presencia cual la mar.
Fácil ver en el pétalo el rocío
olvidando la tormenta de la noche,
igual sucede al recordar el yerro de otro
vivido en desenfreno e irracional pasión.
Tu cuerpo es fresca lluvia
tus palabras claro resplandor,
¡aléjate!, claman beber mis demonios
y aborrecen el fulgor mis miedos.
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