viernes, septiembre 13, 2013

Puta y tentadora


La ferocidad de las palabras que saben a verdad

desgarran la piel y exponen las carnes

en formas de brutal honestidad,

se pierde el hálito escurrido en lágrimas

que drenan el cuerpo y secan las vísceras.

 

Lenguas hinchadas imposibilitan modular palabra,

ojos desorbitados y escurridos nublan la visión,

oídos de reventados tímpanos impiden la escucha,

músculos ya sin piel aíslan las sensaciones.

 

PUTA:  complacencia de los sentidos y emociones; lo que nos es instintivamente llamativo y moralmente repulsivo; freno racional al instinto animal; actos cercanos, propios y majaderos de los que nos sentimos apenados; predicamento de dudosa convicción sobre materia consumada respecto de la cual hemos de mostrarnos castos y moralmente suficientes.
 


Es la razón obnubilada por el alcohol,

ráfagas de lucidez recorren mi mente,

locuras prestadas señalan el camino a seguir,

pistolas engatilladas apuntan mi sien.

 

Bocas entreabiertas babean putrefactas emanaciones,

manos crispadas intentan asir carnes sangrantes,

pasos tambaleantes conducen por caminos ignotos,

lenguas resecas se mueven en espasmos caprichosos,

ojos desorbitados ven alrededor sin mirar…

intestinos chorreantes son todo lo que resta al interior…

 

VERDAD: nombre que damos a aquello en lo que queremos creer; asunto que cambia caprichosamente; antojos de dioses segados por la estupidez; reducción a palabras vanas de lo que nos es inasible, distante y ajeno; predicamento de firme convicción sobre asunto o cuestión incomprendida respecto de la que ha de mostrarse conocimiento avanzado.
 
Verdad, ¡bah!, una puta más de piernas entreabiertas

a la espera de un incauto de paso que se deje seducir

pese a la putrefacción, lo fugaz del momento y a lo inminente de la muerte.

 

¡Mi vida!, ¡sí!,

aunque parezca lo contrario,
tengo una,

vida,

mi vida,

esa que desconozco,

que me es ajena,

que pierdo a ratos,

de la que me olvido cada que puedo,

la que me duele y de la que me lamento en infantiles quejas,

esa,

y sólo esa,

es la que tengo…

-aunque no la quiera-

 

Mi vida (extrañamente aclarada):

verdad a medias de lo que soy…

pasos inciertos por caminos jamás recorridos

entrañas expuestas en soleados días

palabras tontas que deambulan errantes

sensaciones confusas e indescriptibles

dolor y muerte.

 

Carnes y letras: verdades incontrovertibles, momentáneas y aputarradas…

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